martes, 18 de marzo de 2014

LOS TRES RAYOS (I)

                                                                                  

                                                                                                     LOS TRES RAYOS (I)






En la situación de ignorancia sobre sí mismo en la que se encuentra el hombre actual, la búsqueda de nuevas filosofías y los distintos movimientos espirituales en que divide su búsqueda interior, es necesario aclarar esos 
movimientos espirituales. 
Podríamos acoplarlos así en la estructura humana: La filosofía del Vedanta como la Luz de la visión en la mente. El Amor del Cristianismo en el Corazón. Y el Poder del Zen en el Vital (vientre).

En el Vedanta hay una actitud desde la mente de continua observación. Tiene que aparecer una zona más profunda, ubicada dentro de la cabeza que observa esa observación.
(El observador es un instrumento callado, un intelecto atento).
Hay un matiz importante, la observación es mental y quien observa no lo es.
A eso que observa podríamos llamarle ATENCIÓN. Esto, permanece sin cambios, sin embargo delante, en la mente, en el observador hay cambios continuos.
La ATENCIÓN nos abre la puerta de la SABIDURÍA, que nos lleva por medio de la voluntad a la acción perfecta.
El centro de Agña (entrecejo) es el centro de la visión y la voluntad. (Veo y actúo).

El Cristianismo enseña a amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo.
Pero es imposible amar al prójimo sin amarse a uno mismo.
Y amarse a uno mismo significa que en una observación profunda se sepa lo que conviene, para tener más Libertad, Transparencia, Poder, Fuerza, Valor... en una palabra INTEGRIDAD.
Es ser respetuoso con la propia especie, ni vendiéndose ni claudicando ante los estímulos externos. Y cuándo esto está ya conseguido, aunque no sea en su totalidad, pero con un elemento importante de satisfacción interior, vendrá por añadidura la disponibilidad para amar al otro.
Comparable al ejemplo: (Si se está muy hambriento y se encuentra un trozo de pan ¿qué se hará, se comerá o se dará?)

La técnica del Zen consiste en una postura de semi loto, loto o sentado sobre los pies, respirar manteniendo los ojos abiertos obligando a la mente a que esté solo en el momento de la respiración.
Con mucha práctica se consigue que la mente se vaya disolviendo y que el ser de la persona viva estas tres fases: 
1º Yo soy quien respira.
2º Yo soy la respiración.
      Y manteniéndose en cada uno de ellos el suficiente tiempo se desembocará en 
La VIDA respira en mi. 
En el momento en que esto ocurre, la persona ha descubierto su ALMA.

Cuando ocurre este despertar, el aquí-ahora de la persona ya no es mental y cada vez en sus actos va siguiendo la ley interior que al final le llevará a la ley del espíritu.

Cuando la persona vive las tres características:
Yo como alma (ZEN)  Amo a mis congéneres (CRISTIANISMO)  Actuando con Sabiduría (VEDANTA)

Se puede decir que estamos  ante  EL NUEVO SER DE LA NUEVA ESPECIE".








2 comentarios:

  1. Muchas gracias ¡ El aprendizaje es lento y a veces cuesta un esfuerzo enorme por las distracciones que nos rodean, quizá también la negación al miedo fue siempre un "algo" poco aceptado. Eso impidió durante mucho tiempo la mirada hacia dentro, el estado de bienestar interior y la agitación. Te doy las gracias sobretodo porque voy comprendiendo y atendiendo muchísimo lo que nos enseñas. Y admirando cuanto has aprendido tú.
    Gracias por ese infinito bienestar. Y por la comunión de la manera o camino.
    Un Abrazo del Alma.
    ¡¡ Me encantó ¡¡

    ResponderEliminar