domingo, 15 de diciembre de 2013

PROCESO DE EVOLUCIÓN


                                                                                

                                                                                              

             PROCESO DE EVOLUCIÓN                                                                                                            


Podemos comprender que sea difícil para nuestra comprensión ordinaria encontrar relación entre la materia a la que estamos atados y la espiritualidad que nos hace libres, sin embargo el hombre guarda dentro un deseo de alcanzar esa libertad de atraer hacia sí un cierto grado de perfección.  Un deseo de alcanzar niveles superiores en todos los ámbitos de la vida. Una atracción más que demostrada en todas las épocas.

Lo que parece estar claro es que las etapas se suceden, la posterior sustituye a la anterior pero se diferencia de ella totalmente en su separación. 

El plano tridimensional está creado por los sentidos y la mente y su cuerpo es el sutil o astral, al que estamos sujetos los humanos actuales.

Entramos en una era única, diferente a las anteriores de una más alta calidad; la era de la espiritualidad, La Cuarta Dimensión donde se rompe la dualidad espacio-tiempo. Cuando se trascienden los sentidos y la mente y se va más allá del tiempo y el espacio inevitablemente se llega al plano cuatridimensional o cuarta dimensión. Las experiencias extra-ordinarias o conocimientos extra-sensoriales pertenecen a este plano.

Esto nos lleva a creer por experiencias vividas que asistimos al final de una larga partida, que nada menos se origina con el hombre de Neanderthal ya formado como humano, y que ya casi al final de ella, hace solo 2000 años, un ser ya terminado realizó al Cristo (cristal, transparencia) y marcó el camino hacia las posteriores etapas.

Creemos que el ser humano es el proyecto de un plan formidable, la Manifestación de Dios en la materia; pero es un plan inacabado por eso su larga evolución, su lento desarrollo, el hombre intuye, aspira pero no es capaz por sí de provocar la mutación de su conciencia. Hoy sabemos que un gran salto se ha dado, los acontecimientos evolutivos que se están manifestando hacen que esta época sea comparable en grandeza a aquella en la que aquél hijo del simio  tuvo su primer atisbo de pensamiento, como este hijo del hombre tiene sus primeros síntomas de divinidad.

Si aquel desarrolló un cerebro (400 cm3) para albergar sus nuevas costumbres y conocimientos, este lo desarrolla (1.500 cm3) para dar cabida a una nueva sabiduría-luz que trasciende todas las formas de vida conocidas hasta ahora, y poder ser el protagonista de ellas (la premisa del milagro).

Por supuesto ha sido un largo y penoso proceso, no se llega de repente al despertar, la limitación de nuestra naturaleza no nos permite acceder al mundo de lo Divino sin el instrumento preparado.

Ahora toca integrar en uno el mental y el emocional, las tres dimensiones y entrar en otra zona con poderes propios de ese estado de la cuarta dimensión. Quizás a eso se refería Quien dijo: "Cosas más grandes que yo haréis". Un ser "normal" tiene ahora que realizarlo, serán los SERES DE TRANSICIÓN







                                                                                        

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