EL ROSTRO FEMENINO DE LA DIVINIDAD
En tiempos casi perdidos, cuando se vivía de acuerdo con los ciclos naturales del año, se celebraba en estas fechas la natividad de María, de lo femenino. (Tiempo de cosecha, la tierra nos ofrece sus frutos madurados al sol del verano).
En un plano esencial superior todas las formas son engendradas por lo absoluto, (comparado al vientre de la madre que guarda la posibilidad de engendrar, de crear vida).
En un plano esencial superior todas las formas son engendradas por lo absoluto, (comparado al vientre de la madre que guarda la posibilidad de engendrar, de crear vida).
Ese rostro femenino se manifiesta en la mujer, madre, María, matriz, materia, receptáculo, (Santo Grial), donde a través de su capacidad de concepción, el alma es recibida en su momento, para nuevamente tener la posibilidad de seguir aprendiendo, creciendo, evolucionando.
La madre, instrumento biológico proporciona la materia, y esta, forma parte de una Gran Materia Universal; el ser gestante (desde el punto de vista material) poco puede hacer por el ser engendrado pues este sigue su proceso con una fuerza y un orden del cual apenas es consciente la madre. Las características concretas con las que se engendra, llevan consigo la impregnación del proceso evolutivo del ser que llega.
Con la primera inhalación lo Divino en la materia provocará el nacimiento (a la vida material) pues no se puede llamar nacimiento hasta que no se respira, y la madre biológica estará ahí como co-creadora al servicio de la Vida.
El milagro, nacimiento y muerte se suceden con cada inspiración-espiración. Durante el tiempo correspondiente la madre biológica cuidará del niño, pero es la Madre Divina la energía universal la que sostendrá la vida en el ser con la respiración durante el tiempo que dure su ciclo vital.
El milagro, nacimiento y muerte se suceden con cada inspiración-espiración. Durante el tiempo correspondiente la madre biológica cuidará del niño, pero es la Madre Divina la energía universal la que sostendrá la vida en el ser con la respiración durante el tiempo que dure su ciclo vital.
Este conocimiento traerá la nueva especie, sabiéndose personajes: madre-hijo, sin propiedad. "Si la madre es capaz de sentir esta nueva conciencia no poseedora, sabiendo que procrea y recrea en su creación como el Creador sin poseerla, que su creación guarda en sí el potencial de crear más vida, para nuevamente recrear la Creación, esto le hará sentir más la Madre Divina que cuida y ama en libertad, entonces será el puente perfecto hacia esa nueva especie, pues esta se encuentra solo a un paso, ESPERÁNDONOS".
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