jueves, 29 de octubre de 2020


                        LO LEJANO Y LO OSCURO
                       (1 del 11, día de todos los Santos)
                                                                             

La costumbre de celebrar el día de todos los santos y el de los difuntos tiene su origen, en Europa, en el tiempo de los celtas en las tierras de la Galia y Gran Bretaña hacia el siglo VI a. de C.

En este tiempo el pueblo indoeuropeo se extendía desde Irlanda a España y desde Francia hasta Asia menor.

El  pueblo celta celebraba el año nuevo el 1 de Noviembre (anteriormente el noveno mes, de ahí su nombre). El Samain, que llamaban, era el final de la recogida de las cosechas, un tiempo de vacío ante el nuevo año. Comenzaba con las calendas del invierno la noche anterior y abría las puertas del invierno. Se cuenta que esta era su gran fiesta. Se guardaban los víveres para pasar lo que ellos llamaban la estación oscura. Se encendían hogueras y velas con la intención de alumbrar y calentar la cercana oscuridad. Era en este tiempo cuando los Druidas (seres consagrados de los celtas) recogían las bayas del muérdago que crecían en troncos de encinas y robles. Plinio cuenta en su obra como cortaban el muérdago con una hoz de oro y sus bayas eran utilizadas para curas milagrosas. 

Era por ser esta la estación oscura que sentían que los vivos podían comunicarse con el mundo de los muertos. Celebraciones en honor al Dios de los muertos como homenaje a los que se fueron. Como recuerdo de su vida material. La muerte como símbolo de lo desconocido, o lo que no se ve a la luz de lo cotidiano. No en vano durante este tiempo el Sol transita por la constelación de Escorpio (sinónimo de ocultamiento y misterio).

El hecho de llevar flores al cementerio representa nuestro deseo y visión del más allá como Paraíso.

La Iglesia Católica, con el paso del tiempo, convierte estos ritos en homenaje y recuerdo de todos los mártires ante la imposibilidad de nombrarlos de uno en uno, (todos los santos) y fué después de la Edad Media cuando se instala en muchos  países.

Los Irlandeses, de cultura celta, trasladan estas fiestas al nuevo mundo tras el descubrimiento, y EE:UU la trasforma y desfigura (sobre todo con la cinematografía) apareciendo el llamado Halloween, que regresa a Europa con una infame desviación de sus orígenes, haciendo creer a mentes poco cultivadas que es sinónimo de miedos y horrores, fantasmas y desatinos semejantes, ignorando que esta frivolidad puede ser hasta peligrosa para algunas personas.

Es en este tiempo de Escorpio, cuando nuestro hemisferio norte avanza cada día más hacia la llamada estación oscura, hacia lo Inn, tiempo de recogimiento, de reflexión, de mirar hacía dentro en una amable y tranquila visión, de tratar de sentir lo que habitualmente queda en lo oscuro, lo desconocido. Y con él, también ese mundo tan nuestro y lejano a la vez, el de nuestros amados difuntos. Es el momento propicio de recordarles, darles las gracias por formar parte de nuestras vidas, bendecirles y honrar su memoria.

¡Quien no guarda en su corazón a alguna persona a quien dedicarle esa hermosa frase de Pablo Neruda!

HOY  ENTREGAMOS  A  LAS  SOMBRAS  UN  SER  RESPLANDECIENTE  QUE  NOS REGALABA  UNA  ESTRELLA  CADA  DÍA.  

lunes, 19 de octubre de 2020


CONCIENCIA Y MATERIA 

 

En la vida cotidiana vivimos engañados por una cuestión estadística. La física clásica lineal nos habla de tres dimensiones.  Pasado, presente y futuro.

No podemos ver el mundo directamente, está por medio la descripción del mundo. En eso radica nuestro engaño.

En el nivel atómico no hay nada parecido a la causalidad.

La conciencia entra en el campo físico afectándola. En la visión no hay una sola realidad. Todas las posibilidades coexisten. La nueva física descubre que la conciencia es tal vez el único fenómeno que efectivamente existe.

Podríamos decir que el Universo es un Universo participativo.

En el interior de un átomo cuando un fotón lo golpea disemina las partes que lo componen. Imposible analizar el interior de lo más pequeño sin alterarlo..., (el fotón es luz, la mirada es luz, la conciencia). Asustan las inmensas posibilidades. Tal vez sea esta la causa del miedo humano, su Grandeza.

La materia es energía condensada.

Los últimos descubrimientos físicos sugieren que la conciencia se cuela en las ranuras de la materia y la afecta. Que puede haber algo parecido a un "Estructurador de la realidad", un mecanismo neurofisiológico que afecta físicamente a esta, por tanto el único instrumento para examinar el exterior es la conciencia y a su vez es ella la que crea los medios para hacer realidad el exterior, el ahí fuera. No hay límites.

Vivimos una historia elegida, la conciencia hace una selección de acontecimientos y descarta los demás. 

Satprem, en "La aventura de la Conciencia" también decía: La Conciencia puede actuar sobre la Materia y trasformarla. Esta última conversión de la Materia en Conciencia y, un día acaso, de Conciencia en Materia, es el objeto del trabajo Supramental. Pero en el desarrollo de este poder existen muchos grados, desde el aspirante que está empezando a despertar al impulso interno hasta los maestros y aun entre estos hay grados diversos. Aquí es donde la verdadera jerarquía comienza.

Con la conciencia examinamos la conciencia.

En este nivel, las palabras, el lenguaje, ha dejado de ser portador de información.

Llegados a este punto se hace necesario mirar, observar, para descubrir la verdad empañada por tanta historia sobrepuesta. Los niños no examinan, observan neutralmente. A Igor Stravinsky se le atribuye la frase magistral: "La facultad de crear viene acompañada con el don de la observación y solo el que observa comprende y tras la comprensión está el Amor".

Fuente: Misticismo y física moderna" de Michael Talbot.