viernes, 28 de febrero de 2014

LA RESPIRACIÓN I

                                                                             

          LA RESPIRACIÓN  I  

                                                                    Podemos comenzar diciendo que es obvio que todos respiramos, incluidos el reino animal y el vegetal, es como se mantiene la vida en este planeta. Respirar es vivir. Desde la primera inspiración del recién nacido hasta el último suspiro del moribundo se desarrolla una larga historia de continuas respiraciones y sus consecuencias.

La forma en la que se respira es la forma en la que se vive. La respiración es un puente entre el cuerpo y el espíritu.

Una respiración serena, sosiega la mente y el cuerpo. Calma el sistema nervioso, equilibra las emociones, desarrolla la capacidad de concentración, mejora el sistema digestivo y alimenta las funciones cerebrales. Nacemos sabiendo respirar.

Pero será necesario comenzar por el principio: Respirar es la función en virtud de la cual, se absorben del exterior los gases necesarios para el sostenimiento de la vida.
Comprende dos movimientos: Inspiración, a través de la cual se introduce el oxígeno necesario y Espiración, eliminación del anhídrido carbónico y otras sustancias de desecho del organismo.

El aire es introducido en  los pulmones por la acción del diafragma cuyo movimiento es casi tan automático como el del corazón. Separa el cuerpo en dos, zona toráxica y abdominal. Las fosas nasales por su especial anatomía son su instrumento exterior (no la boca).


Todo esto para decir que el aire respirado es el primordial alimento del ser humano y la primera causa de enfermedad si es insuficiente por ser el responsable de la purificación de la sangre, por tanto sin inspirar la suficiente cantidad de aire, la sangre no puede continuar su obra, y el cuerpo enferma o tiene una salud imperfecta. Recordemos que en veinticuatro horas atraviesan los pulmones alrededor de diecisiete mil litros de sangre; es la vida del sistema circulatorio.


Podemos clasificar la respiración en cuatro métodos generales: Respiración alta o clavicular, la más incompleta y extendida, utiliza un máximo esfuerzo para obtener un mínimo beneficio. Respiración media o intercostal, ligeramente mejor que la anterior. Respiración baja o abdominal profunda, respiración diafragmática. Aquí entran en juego todos los músculos respiratorios, produciendo en la persona un estado de bienestar pues el pecho se ensancha y las tensiones abdominales ceden. Y hay una cuarta conocida por oriente, llamada la Respiración completa o yogui, donde se menciona el Prana o energía del aire y su almacenamiento en el Plexo Solar como reserva.


La respiración se puede clasificar en varios niveles:  el nivel Físico,  el nivel Mental o Psíquico y el nivel Espiritual, todos ellos con sus cuatro movimientos: inspiración, mantenimiento (retención), expulsión y tiempo muerto.


Antes de comenzar la práctica de la respiración siempre es necesario un vaciamiento del aire retenido, de esta forma se prepara la oxigenación del cuerpo para relajarlo.  Ni que decir tiene que no hay relajación sin una respiración correcta.



A nivel físico y Mental

Inspiración, simboliza la entrada del exterior en la persona, como lo recibe.
Mantenimiento, como se asimila aquello que se recibe del exterior.
Expulsión, la forma en que la persona da y se da al exterior.
Tiempo muerto, vacío, ni se da ni se recibe, la relación con uno mismo.

Una respiración hecha conscientemente puede ser el trampolín para un cambio profundo de vida. Merece la pena recuperar la forma de respirar del niño.














viernes, 21 de febrero de 2014

LOS NIVELES DE CONCIENCIA




LOS NIVELES DE CONCIENCIA

        


Nadie está al cien por cien en un grupo concreto sino que debido a la evolución se participa del superior y del inferior en distintos grados. Cuanto más aspiración se tiene más rápido es el proceso de crecimiento o subida de nivel

Podríamos decir que al primer grupo pertenecen los que dicen: YO SOY YO Y TU ERES TU. Es como se define el ser "normal" a sí mismo,  la identificación con el cuerpo, con el ego separado de otros cuerpos y otros egos, que también puede expresarse como yo soy el cuerpoEs el estado más común. 


Hay presente una energía que cumple con las funciones y acciones de la vida, satisfaciendo las necesidades materiales, mentales y emocionales para dar continuidad a esa vida, son las prioridades de un vital que debe sobrevivir,  identificarse con la materia que se posee, la base de la que se parte, lo presente y tangible egóicamente separado de los demás. Pero también hay un reconocimiento del otro, del tú.

Si se es consciente de esa energía en acción, la persona inevitablemente verá a ese Yo separado del cuerpo y entrará en una zona profunda  en la que encontrará que, YO SOY YO Y SOY ENERGÍA o Yo tengo un cuerpoEsto no es otra cosa que el descubrimiento del alma, proveedora de esa Energía que sustenta la materia y con toda autoridad podrá decirse, Yo Soy quien doy vida al cuerpo.

Naturalmente antes de llegar aquí, habrá pasado un tiempo más o menos largo dependiendo del grado de atención y aspiración de la persona. Si este es suficiente, se irá dando cuenta cómo las emociones, sentimientos y demás sensaciones que los otros viven, se perciben y sienten como si fueran propias. Esto por sí solo es un ensanchamiento de conciencia. Cuando se capta algo de los demás, y se es capaz de describirlo en toda su riqueza de matices, puede afirmarse que LO OBSERVADO ESTÁ INTEGRADO EN EL OBSERVADOR, porque no se puede considerar propio nada de lo que no se tenga una referencia o percepción más o menos profunda, es como si no existiese (como afirma la física cuántica). 

En este tránsito es donde puede producirse el despertar. En este nivel se vive una profundidad importante, pues define claramente que eso que da vida al cuerpo es efectivamente el alma. Se descubre que lo que envejece es la materia. Hay una realidad atemporal.  El ser participa aquí de lo Divino en pequeñas "chispas", pero también es donde aparece lo que se llama la "noche oscura del alma" y en oriente el despertar de los shakras con sus contenidos  (energías que la persona ha ido acumulando a través de sus vivencias),  y forman el conjunto al que solemos llamar  yo.

A partir de aquí,  puede decirse YO SOY ENERGÍA Y TODAS LAS ENERGÍAS QUE PERCIBO. La vida se transforma en algo mucho más rico en matices, al vivir en la Energía y todas formar parte de uno mismo, se conocen mejor las identificaciones que han acompañado a la vida y se puede tomar la decisión de cambiar lo no apropiado. La oportunidad de tener los objetivos claros, de anclarse en la verdad, lo perdurable, lo que hace feliz, o lo que es lo mismo: Conoceréis la Verdad y la Verdad os hará libres.
Conocer la Verdad es Conocerse, y Conocerse es Ser Libre. Es una libertad interior que no depende de ningún condicionante, de nada ni nadie, porque se vive en la profundidad, en el Yo Superior, desde aquí se participa de todas las cualidades del Todo y surge el YO SOY.

En este gran viaje el final es el principio YO SOY EL CUERPO.  Al principio del camino el cuerpo y sus contenidos eran  una incógnita, la identificación era con la materia. Sin esa Energía que lo sustenta moriría.  Ahora están inseparablemente unidos, todo lo que expresa el cuerpo emana del alma, a partir de aquí un camino de infinitas posibilidades se abre desde una Conciencia de Identidad profunda que está destinada a realizar el Infinito.






domingo, 9 de febrero de 2014

LA RELAJACIÓN I

      

                                                                                                                                                       


La práctica de la relajación cambia con el progreso evolutivo de la persona que la practica. 

Para alguien que comienza la búsqueda interior, relajarse es entrar en  silencio, abandonar momentáneamente lo que se cree ser para encontrar en ese silencio lo que de verdad se está siendo. 

En un principio solo es posible una relajación total en el silencio de todos los cuerpos que componen a la persona, el  mental, el emocional y el físico. 

Solo llegando al fondo de ese silencio se encuentra  la posibilidad de deshacer las contracturas y tensiones grabadas en las células que perpetúan el estado de excitación nerviosa y pre-ocupación constante, solo allí, dichas células tienen la ocasión de liberarse, pues los repetidos encuentros con el conflicto mostrarán las razones de su formación. Si no es así el problema volverá una y otra vez. LLegados aquí es interesante señalar que las necesidades primarias y  están ya formadas  a los dos años de edad.

La imposibilidad de relajarse está causada por las barreras que se ponen y que son tensiones que mantienen a la persona en una ALERTA. Esas tensiones-barreras son pensamientos, creencias, experiencias y sobre todo emociones que acorralan al ser en sus "limites" y condicionan a una determinada forma de vivir; de ahí surgirán las contracturas o materializaciones de los llamados problemas en los que se aprisiona la libertad y se sufre la carencia de energía necesaria para la vida.

Ante cualquier tipo de dolor, el trabajo consistirá en llevar la relajación a ese lugar donde está el problema. Así "eso" que se formó... tiene la oportunidad de relajarse, de liberarse (con la Luz).

Quizás por la misma densidad  de la que estamos compuestos, el ser humano necesita aclararse con tantas teorías, y filosofías, cuando en el fondo es tan sencillo seguir el dictamen de buscar "El Reino en el Interior".

A la célula solo se le puede "hablar" con un sonido repetitivo y podrá aprender siempre que no "hable el pensamiento".

Porque en un momento determinado, aun siendo  importante lo anterior, cuando la persona ha alcanzado un cierto grado de evolución, empieza a darse cuenta de que la mente todo lo mentaliza, por tanto una relajación hecha desde aquí nunca será completa.

Y se descubre que la verdadera relajación sólo se producirá en la ENTREGA TOTAL AL VACÍO, A LO DIVINO y a ninguna otra cosa. 

No es fácil la renuncia, no es fácil la entrega, toda la creación humana se resiste a ella, se hará necesaria la constancia y el esfuerzo una vez vista esta verdad. Deberá hacerse por etapas lentamente, la mente tiene sus códigos y no los cambia fácilmente, tampoco el vital. Aquí habrá que prestar atención para no confundir entrega con inercia. En todo caso la aspiración y la serenidad serán buenas compañeras para favorecer el descenso de lo Divino en tanto no se produce la entrega total. Más tarde algo grande aguarda al ser.

Lo Divino se entrega a quienes se entregan a sí mismos sin reservas y en todas sus partes. Para ellos están reservados la calma, la luz, el poder, la bienaventuranza, la libertad, la amplitud, las alturas del conocimiento, los mares de bendiciones...