sábado, 30 de mayo de 2020

LOS DONES DEL ESPÍRITU SANTO Y LOS CHAKRAS

                                                                                                                         

                                                                                                           


Parto de la base de que somos los únicos responsables de los acontecimientos de nuestra vida y de que los demás "colaboran" en las situaciones que necesitamos para conocernos y así pronunciar el: "quien soy yo". Sin este proceso de conocimiento la Iniciación no es posible, falta Luz (plenitud de los chakras, que son formas energéticas en que nos manifestamos) y una ruta iniciática que exalte al hombre a la condición de Dios. Homo est Deus.

Antiguamente se hablaba del bautismo de Sabiduría tras pasar por los siete infiernos. Siete demonios. Siete pecados capitales que no eran otra cosa que lo opuesto a los siete dones del Espíritu Santo en el cristianismo o las cualidades de los siete chakras mayores en la tradición oriental.

Y así, en el Coronario,
SABIDURÍA: (Conexión con la Luz que ve). Utiliza para su desarrollo en el ser a la glándula Pineal.
No existen los sabios, existe la Sabiduría al ponerse el buscador en consonancia (sonar-con) con la Divinidad. Vaciarse para Ser.  "Pensar como Dios".
El gozo de Ser-Conciencia-Bienaventuranza.
Su opuesto:
SOBERBIA.  El ego que se apropia del mensaje. Creerse superior a los demás.

En el Frontal,
ENTENDIMIENTO: (Transformación de la Luz que llega). Su glándula la Hipófisis. Inteligencia (del latín  intus legere "leer dentro"). Penetrar. Comprender. Une las energías Cielo-Tierra.  
Comprensión de la Luz que llega para cumplir la Ley. Centro de la voluntad (veo y actúo).
Su opuesto:
PEREZA.  Ver y no actuar por dejadez o confusión.

En el Laríngeo,
CONSEJO: (Sonido. Frecuencia. Vibración). Su glándula la Tiroides (maestra de las hormonas). El Verbo, sonido creador que realiza la materia. (El secreto del milagro). Todo es Uno. Discernir y Verbalizar lo más conveniente en cada momento para la elevación de conciencia.  
Su opuesto:
ENVIDIA.  La ignorancia de esto. No reconocimiento de las capacidades. Humillación del alma.  
                                  
En el Cardíaco,
TEMOR DE DIOS: (Energía. Fuego). Su glándula el Timo. Luz. Identificación con lo Creado Conexión. Reconocimiento. Inmunidad. La zona humana se conecta con la Divina y se hace una en el centro. Se irradia Amor hacia todo. El palacio de los sentimientos. Caridad. La entrega.  Amor  incondicional.
Su opuesto:
AVARICIA, IRA. Falta de amor. Necesidad de reconocimiento. Miedo a la carencia. No ver la propia valía. Rigidez en las formas. Materia sin Luz. Depresión, dolor y enfermedad.

En el Plexo Solar,
FORTALEZA: (Irradiación). Su glándula el Bazo. Sostener la virtud de hacer lo correcto en todo momento para el propio bien y el de los otros. Las acciones correctas causan salud. Capacidad de sanación. La vitalidad del cuerpo. Relacionado con la personalidad. Cerebro primario. La asimilación del "exterior".
Su opuesto:
GULA. Debilidad del vital. Debilidad sicológica. Apetencias que debilitan. Cansancio generalizado y enfermedad.

En el Vientre,
PIEDAD: (Tiempo-Espacio, conexión). Relaciones de Amor a la vida. Su glándula, las Suprarrenales. Capacidad de dar y recibir. Pureza. Ternura para con los demás. Sanar la dureza del corazón. Sede de los apegos y afectos. Autosuficiencia. Autoestima. Autoconocimiento.
Su opuesto:
LUJURIA, Ira. (El exceso de sexo y trabajo lo bloquean). Dependencias, temores, miedos. No sentirse amado. Falta de respeto hacia uno mismo y hacia el otro. 

En el Básico
CIENCIA: (La forma, la materia). El encuentro con las Leyes de la materia. Su glándula las Gónadas. Voluntad de vivir y crear vida. Sentirse Dios creando. Manifestar la observación. El cuidado respetuoso del cuerpo, holograma del Planeta. Instrumento generoso de manifestación de Luz. El Cielo en la Tierra. Todo está aquí. Generosidad para con los otros.
Su opuesto:
AVARICIA. Creerse con necesidad de poseer. Rigidez en la forma. Materia sin luz. Dolor, enfermedad y muerte. 

Los cuatro primeros muestran y conectan al humano con su zona Divina. Lo tres últimos lo afianzan en la Tierra, en la manifestación.

Así, el destino del hombre lo lleva incorporado desde siempre en su propio cuerpo.
REALIZAR EL CIELO EN LA TIERRA.