martes, 16 de julio de 2013

LA VIDA VERDADERA

                                               

                             
A lo largo de la historia de este planeta fueron apareciendo muchas creencias, ideologías y enseñanzas que han ayudado al habitante de la Tierra a comprender y comprenderse.

Su composición física, sicológica y sobre todo espiritual, consciente o inconscientemente ha supuesto en todas las épocas su gran ocupación, encarnando esta en seres y culturas determinadas. Sujeto como está a las leyes temporales y terrestres, no podían ser lo mismo las creencias del norte como las del sur, incluso en los lugares del frío como los del calor.

Así aparecen tres grandes corrientes: 
El Vedanta principalmente en la zona hindú que mantiene que todo es Maya (ensueño), centrándose en la idea.

El Zen, muy extendido en Oriente y que en los últimos tiempos llega con fuerza a Occidente. Con su "aquí y ahora".

El Cristianismo, que se extiende por toda la Tierra. Provocando el encuentro del alma con Dios.

Pero cuando se "despierta" a la vida interior se despierta a lo completo, y se ve que cada una de estas filosofías son una parte de un todo, que todas unidas forman lo completo, lo integro. 

La Sabiduría del Vedanta en la mente (cabeza), el Poder del Zen en la energía vital (vientre), el Amor del Cristianismo en el corazón (pecho).

Cuando se despierta a la verdadera vida interior o Iniciación a la realidad espiritual,  comienzan a aparece cualidades superiores. Una de ellas es algo parecido a una Fuerza que lo invade todo, como un rayo sin procedencia, una revelación que hace "ver" que todas las experiencias son el efecto de un proyecto concebido de antemano y con un destino concreto que supera al personaje. Algo Inmanente y Eterno, y que TODOS los proceso de vida está sujeto a unas leyes espirituales que se manifiestan en lo material, que esa Fuerza espiritual emana directamente de lo Absoluto, que está siempre presente, que es la que CREA, SOSTIENE Y ORGANIZA LA VIDA (se sepa o no).
Esa fuerza es la que temporalmente "selecciona" a seres como guardianes y comunicadores de Su Enseñanza para el proyecto de evolución.

Pero esta selección no es gratuita, está sujeta a condiciones y pruebas necesarias para la preparación  del ser, pues su trasmisión nunca es teórica, sino encarnada y vivencial.

Así es como se empiezan a comprender y descifrar los "dichos" antiguos. La Enseñanza Hermética se revela y se descubre que todo está en uno mismo.

Estos seres son el impulso evolutivo de la especie. Reunen las tres condiciones fundamentales: 

Viven la Sabiduría a través de una conexión directa con planos Superiores.
Las experiencias vividas les llevan hasta la encarnación de ellas.
Al encarnarlas, posibilitan y generan el avance de todos. Pues lo que un ser humano vive repercute en toda la especie.